Ayer estaba marcado como el día en el que se despejaría la incógnita sobre el estado físico de Cristiano de cara al encuentro de mañana. El futbolista ya había comunicado al Madrid que estaría recuperado para enfrentarse a Hungría, pero el test que realizó ayer confirmó su absoluta recuperación. El crack madridista se calzó las botas por primera vez y tocó balón con total normalidad. Sus gestos y movimientos durante los rondos de calentamiento dejaron claro que ya ha superado el esguince de tobillo sufrido ante el Olympique de Marsella.
La selección lusa se juega su presencia en el Mundial de Suráfrica en los próximos dos partidos: ante Hungría y Malta. Su buen rendimiento en el Madrid ha generado mucha expectación a su alrededor y los portugueses confían en que sus goles les lleve a la cita mundialista. Su participación en el entrenamiento de ayer sirvió para disminuir esa preocupación inicial, ya que su presencia en el encuentro del sábado frente a los húngaros se da prácticamente por hecha.
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